Fundacion Luca

viernes, 4 de febrero de 2011

AMOR DE VIEJOS

por: Adriana Martínez

Es condición y una generalidad en los humanos: queremos todo nuevo y estrenar de lo mejor. Desgraciadamente esto también lo aplicamos para los animales de compañía(perros, gatos).

Mientras que decenas de asociaciones civiles de protección animal tienen abarrotados sus espacios con animales adultos en espera de ser adoptados, una mayoría abrumadora de la población los ignora por preferir a los cachorros.

Es entendible que cualquiera se encante por un adorable perrito, o por un juguetón y simpático gatito, sin embargo, esta ensoñación ciega la realidad: esta etapa no dura y llegan a su edad adulta en un cerrar y abrir de ojos. Un perro de raza pequeña alcanza su tamaño y edad adulta a los 9 meses aproximadamente y un perro de talla grande a los 12 meses ya es adulto también.

En su etapa de cachorro el dueño tiene que afrontar los destrozos en casa, los lloridos nocturnos, la pipi y popo por todos lados, las visitas más frecuentes al veterinario, el jugueteo incansable, etc., etc. Y quienes están regidos por la estética y el famoso estándar de raza se pueden llevar sus buenas sorpresas al no obtener lo que esperaban, ya sea que el Chihuahueño resulto ser Labrador y que el San Bernardo resulto ser Pomerano. Desgraciadamente muchos animales son abandonados, regalados o hasta maltratados por no ser lo que se esperaba de ellos.

Las ventajas de adoptar un perro o gato adulto son enormes, lo que se ve és, ya no hay sorpresas con el tamaño, pelaje carácter, son más saludables porque su sistema inmune es más fuerte, su etapa de juegos y destrozos ya pasó, se les logra entrenar más fácilmente, son más tranquilos, más mesurados, pero no por esto dan menos amor y son eternamente agradecidos.

Y al final, las personas compasivas y conscientes de las necesidades del planeta y sus seres vivos no se arrepentirán de adoptar a un animal adulto. Salvando la vida del animal (porque adoptarlo es salvarle la vida), encontraran que el verdadero salvado es si mismo y que en este acto se puede revalorar la vida y el sentido del amor.

Casualmente hoy leí una nota en el periódico; una actriz entrada en años cuenta que está enamorada, “ ¿Qué más le puedo pedir a la vida?” dijo, “Realmente puedo decirte que el amor a esta edad es mucho más completo que cuando uno es joven, es un amor mas razonado, tranquilo, pero tiene un poquito de todo y con la experiencia de la vida, es mucho más maduro”.

De alguna manera esta experiencia la proyecté al hecho de adoptar a un animal adulto: para algunos suertudos hay amor, pero hasta el final de sus vidas.