El ser miembro Fundador de una de las organizaciones de bienestar animal más importantes de Latinoamerica y el ser Psicoanalista, me ha permitido entender, mas no justificar, un tema con el que nos enfrentamos de manera recurrente; el maltrato animal y la infancia; los primeros 7 años de vida del ser humano son los que determinaran su estructura psiquica y por lo tanto su comportamiento y modo de relacionarse con cualquier otro ser vivo y su entorno.
Es común que los niños proyecten en los animales; perro, gato o cualquier otro ser vivo indefenso el dominio y maltrato que ellos mismos reciben de sus figuras de autoridad (padres, hermanos o tutores), este maltrato puede ser de manera fisíca o psicologica; en el animal encuentran un canal de descarga de odio, angustias, represiones, sentimientos de inferioridad, etc.
Es interesante ver como los padres permiten y fomentan este maltrato y lo ven como “cosas de la infancia”, ignorando, que muy probablemente, estos síntomas son solo el inicio de una estructura sadica y sin limites, que no diferenciará la agresión para con él mismo o para con cualquier otro ser vivo.
Uno de los graves problemas que en la actualidad vive cualquier sociedad es el creciente desarrollo de la delincuencia y actos relacionados con la violencia.
Los animales no quedan excluidos de estos actos, al contrario, el abuso animal es un indicador que mide la violencia y criminalidad de una comunidad y sus integrantes.
Según el FBI y la Asociación Americana de Psiquiatría, las personas que hieren y gozan haciendo sufrir a los animales, manifiestan ese mismo comportamiento con los humanos.
Los expertos están de acuerdo en que los niños o jóvenes que hieren o matan a los animales nunca se les enseñó a identificarse y sensibilizarse con el sufrimiento de otros.
Robert Ressler, fundador de la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI, al hablar sobre cómo emergen los asesinos en serie dice: “Estos son los niños que nunca aprendieron que está mal sacarle los ojos a un cachorrito”.
Si nota que su hijo deliberadamente maltrata a un animal no lo tome como un juego, éste comportamiento puede ser un síntoma de un posible trastorno de carácter y debe corregirse. Explíquele las consecuencias de sus actos, la injusticia, el dolor que ha causado y pídale que se ponga en el lugar del animal.
Enseñar la bondad y el respeto hacia los animales es el primer paso para que los niños se identifiquen con los sentimientos de los demás y sean más compasivos.
Obsérvese a sí mismo, recuerde que la bondad se enseña a través del ejemplo:
• Nunca golpee a un animal
• No abandone, regale o tire a ningún animal
• Sea responsable de sus animales de compañía y trátelos con amor
• Sea paciente con sus animales de compañía, inclúyalos en su vida permitiendo que su perro o gato viva con la familia dentro de la casa y pasen tiempo con ellos
• Haga algo por ayudar a un animal abandonado, herido o sufriendo en la calle
• En lugar de comprar un perro o gato en una tienda adopte de una asociación protectora un animal abandonado y explique a sus hijos la diferencia
• Colabore con una asociación local protectora de animales apadrinando un animal, o contribuya donando en especie o económicamente para su funcionamiento
• Practique y enseñe la Regla de Oro: “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”
Niños bondadosos serán adultos responsables y compasivos ante todo ser vivo.
Maricarmen Quiroga
Doctoranda en Fundamentos y Desarrollos Psicoanalíticos
Universidad Complutense de Madrid
Miembro fundador de Fundación Luca A.C.